A ellas los libros no les mostraron la verdad del cuento. La descubrieron, igual que se descubren todas las cosas que no son tan bonitas como creemos, andado por el camino de la vida. Aprendieron a levantarse, a tragarse las lágrimas, a respirar hondo y seguir caminando.
Inventan historias imposibles, utopías. ¿Qué más da reír para llorar después? Eso no importa, porque no caminan solas, siempre tienen cerca alguien que les seca las lagrimas, que las obliga a salir, a levantarse y brillar. Ellas aun no han encontrado el amor, pero tienen el mayor de los tesoros. La amistad. Y créeme, siempre que tengas una amiga cerca no tienes nada de que preocuparte, porque tener una amiga a tu lado es tener un billete para volar tan lejos como imagines y brindar con champagne por los 50 siguientes , no importa lo mal que estén las cosas, lo mucho que te gusta el, lo mal que se haya portado, el mensaje que nunca te llego o que suene un millón de veces aquella canción, una amiga siempre cogerá tu mano y te hará sonreír con un “siempre nos quedará Paris…”. (B)
Por los 50 siguientes...(L)
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