domingo, 18 de diciembre de 2011

A cualquier otra parte..

Decirle al oído: “Siempre nos quedará Paris”…
...En ese preciso momento un pensamiento cruza por tu cabeza: coger su mano y fugarte de allí con él, solos, olvidándote de todo y de todos, corriendo a cualquier otra parte, mirándole a los ojos…y felicidad y locura y ganas de gritar…eso haría yo si supiera que el mundo se acaba mañana…pero no lo sé. Para. El no se iría contigo ni a la vuelta de la esquina. Aterriza, como puedas. Porque una vez que se sube, una vez que te ha hecho tocar el cielo con las manos, el golpe no se puede evitar, así que intenta caer bien y que duela lo menos posible. Ahora sólo queda ser un ave fénix y resurgir de esa mezcla de lágrimas y cenizas, y alegrarte por su felicidad, aunque algo te dice que el no será feliz así, puede que sea egoísmo. Respirar y tragar. El problema llega cuando no puedes respirar porque te quedas sin aire, intentas aguantar las lágrimas pero es inútil y te gustaría desaparecer, y te gustaría volver atrás y cambiar tus sentimientos, pero no se puede así que alégrate porque al menos, durante un tiempo, él te ha mantenido viva y has vivido la vida a tope, durmiendo lo mínimo para disfrutar lo máximo de sus minutos, y aunque ahora estés muriendo por dentro, sonríe porque feliz estás más guapa. Aparentar estar tranquila, cuando en el fondo sabes que estás temblando y, lo peor, saber que no tienes ninguna razón para estar así. Pero hay cosas que no se pueden evitar, como cuando sangras al cortarte. No te arrepientas de querer a alguien, las cosas vienen así y todo sucede por una razón, así que baila y abrázate a una amiga cuando escuches esa canción que tanto os gusta porque sentir de verdad es de valientes. (S)


1 comentario: