lunes, 16 de enero de 2012

Hielo y fuego.

Igual se enamoró de la persona que creía que era, y no de la que era en realidad. Igual. Hielo y fuego. Igual él tenía razón. Nunca el fuego podría encontrar su lugar al lado del hielo. Aunque para ella, sólo ésa era la combinación perfecta para obtener agua y nunca morir de sed. Pero igual, sólo pasaría frío a su lado. Sin embargo, más frío pasaba sin él. Los hechos hablan más que las palabras, y el hecho era que cuando callaban durante dos días parecía que habían pasado semanas y, el fuego, sin la presencia del hielo, se iba apagando poco a poco pues ya no tenía ningún motivo para existir. Afortunadamente, nunca se apagaba del todo y siempre quedaban cenizas de las cuales resurgir. Era difícil pero igual que su cerebro tenía la asombrosa capacidad de convertir una pequeñísima idea en una gran historia, también tenía la capacidad para invertirla, aunque ésta costara el doble, porque reducir el 90% de sus pensamientos a la nada era tan duro como sobrevivir sin él. A veces lo conseguía, pero otras veces era inútil, sus fuerzas fallaban y se desvelaba en busca de una luz roja.(S)

martes, 3 de enero de 2012

Aprende a sonreír, aunque quieras llorar.

Ni un año juntos, ni un mes, ni un día, ni una hora, ni un minuto, ni un segundo, ni un beso, nada. Pero ahora que te has ido esta sensación de vacío llega hasta el último rincón de mi cuerpo y noto un nudo en el estómago, que ya no puede ser por la resaca. Y me acuerdo del principio de esta historia, esta historia que empezó sin querer, sin buscarlo, como por arte de magia, como tiene que ser, y aún sabiendo que no podía acabar de otra forma, algo hacía que no pudiera alejarme de ti. Imanes. Cada día peor y mejor, locura todo el tiempo. Contradicciones en mi cabeza, la conciencia. Pero la esperanza es lo último que se pierde y como una ilusa mi esperanza crecía más y más. Hasta hoy que te has ido y te has llevado contigo mi esperanza y una parte de mi, ese trozo de corazón que conquistaste. Por eso duele tanto, porque aunque no hemos compartido nada, yo te lo regalé aquel día, cuando empecé a escuchar esa canción “Susususu”... Y sé que escuchar tus firmes palabras ahora es lo más duro, pero es lo mejor, porque yo ya no hubiera podido calmar lo que sentía y el final habría sido el mismo, pero más doloroso aún. Y sé que, aunque ahora esté a tres metros bajo tierra, hay cosas peores en esta vida, y el tiempo todo lo cura. Y sé que, aunque ahora no puedo evitar sentirme así, llorar siempre ha sido una señal de que estamos vivos, desde que nacemos y tú me has dado vida, así que algún día de estos, poco a poco, me levantaré y brillaré, porque no estoy sola, porque sé que te importo y porque todo pasa, y hay que aceptar que hay personas que no son para ti, aunque lo parezcan. No hay que esperar a que deje de llover, hay que aprender a bailar bajo la lluvia y mientras haya música bailaré con mis grandes amigas hasta el apagón. Y dentro de un tiempo, me reiré contigo de esto. Espero. Así que aprende a sonreír, aunque quieras llorar… porque la vida da muchas vueltas, te recompensará como te mereces, el destino está escrito y no hay momentos inoportunos para nada. Es verdad, puede que aquel día no fuera el mejor momento para que la chica del pantalón blanco se cruzara en tu camino, o para que tú te cruzaras en el suyo, pero así fue y me alegro… “Como si hubiéramos ganado por habernos conocido”.
Y sí, ya te estoy echando de menos. (S)

lunes, 2 de enero de 2012

1 de noviembre de 2011...recuerdos!

Se apoyó en la barra y pidió una coca-cola. Ya había bebido demasiado alcohol esa noche, aunque no lo suficiente para confesar la verdad. Sabía que en el momento en que las palabras salieran de su boca y alguien pudiera escucharlas su sentimiento sería un poco más real y no quería. Tenía que aguantar porque así, todo sería más fácil, así no le complicaría la vida. Tenía tanto miedo de sentir lo que poco a poco iba sintiendo que prefirió seguir bebiendo su coca-cola. Unos acordes, que reconoció al instante, inundaron el bar. No lo pudo evitar, cerró los ojos y sonrío mientras escuchaba: “Con mis canciones p’aquí, con mis canciones p’allá pasa deprisa la vida…”. Sueño más despierto que dormido... (S)